Quedarse embarazada no es sinónimo de incapacidad para hacer deporte. Te contamos este y otros cuantos mitos que circulan en torno al ejercicio durante el embarazo.

 

1. «Estoy embarazada, ¿seguro que puedo seguir entrenando?»

Por supuesto. Si entrenas con frecuencia, pero te acabas de enterar que vas a ser madre, no te preocupes. Una cosa no es incompatible con la otra, ya que —aunque haya algunas rutinas que no puedas hacer— no implica que todos los deportes sean perjudiciales.

Está claro que durante el embarazo y el posparto el cuerpo de la mujer está expuesto a multitud de cambios. Sin embargo, esto no implica que tengas que evitar hacer deporte.

 

2. «Hacer deporte mientras estás embarazada puede ser el desencadenante de un aborto espontáneo»

En absoluto. No obstante, sí que recomendamos hablar con tu médico o ginecólogo. Cada cuerpo es un mundo y, en ocasiones, es posible que para garantizar la salud del bebé y la madre no se deba realizar ejercicio físico.

Aunque por norma general, mantenerse activas es realmente beneficioso durante el periodo de gestación, ya que fortalece los músculos, aporta flexibilidad y reduce los riesgos en el momento del parto. Para ello se aconsejan ejercicios personalizados y el asesoramiento de un entrenador personal.

 

3. «El bebé puede ser hiperactivo como consecuencia de hacer ejercicio durante el embarazo»

Falso. No tiene nada que ver. De hecho, existen varios ejercicios adaptados como el pilates o el yoga que permiten crear una conexión muy especial entre las madres y sus hijos.

 

4. «Si no hacías deporte antes, tampoco debes hacerlo ahora»

Ni mucho menos. Sí que pueden practicarlo, siempre y cuando sea moderado y acorde con tu estado físico.

Es evidente que si llevas meses sin ponerte en forma, tampoco vas a empezar con una rutina intensa. Hay que establecer unos límites.

 

5. «Durante el embarazo, la madre es más propensa a sufrir lesiones en las articulaciones»

Mentira. Si bien es cierto que durante el embarazo se produce relaxina —hormona que relaja los ligamentos y prepara al cuerpo para el momento del parto—, las lesiones no tienen por qué ocurrir mientras el ejercicio se realice con moderación. Por lo tanto, no tengas miedo a hacer entrenamientos de fuerza en caso de que no te lo desaconseje tu médico.

 

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